Los bocheros fueron los embajadores del más puro bilbainismo en la década de los 30 del pasado siglo. Zenón Garamendi, Jesús Arias, Joaquín Tejada, Felipe Caballero y Pacho Iturralde, que se incorpora al grupo como acordeonista unos años más tarde. Los cuatro obtienen resonados éxitos en una faceta nueva hasta entonces: "Estampas bilbaínas", alavesas, donostiarras, madrileñas y navarras, esbozadas por Felipe Caballero:
Aunque seas de Pamplona
para ser un buen navarro,
has de correr el encierro
y has de ser noble y ser bravo.
Debutan en Madrid, en diciembre de 1939, como base de cartel, después de Lola Flores y Tony Lebranc.
Sus discos llegan a América, que los reclama en persona, y en octubre de 1942 debutan en Buenos Aires, con éxito que trasciende a todo el continente. De allí saltan a México, que los acoge con verdadera expectación. Jack Comings los contrata para filmar en Hollywood "Fiesta" y así pasan la famosa puerta de oro de la Metro Goldwin Mayer.
Imagen: Germán Elorza Arrieta, Editorial Laiz, 1981.
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