Revista Cultura y Ocio

"La flecha del tiempo" de Martin Amis. ¡Huid, insensatos! ¡Huid!

Publicado el 20 abril 2015 por Paula Lucas @letrasconlasopa

Para meteros en materia diré que "La flecha del tiempo" es un libro que está escrito al revés y que comienza con un hombre medio muerto en una mesa de operaciones. A partir de ahí, su conciencia nos va narrando su vida... al revés. Al. Revés. Sí, sí. Y no en plan Benjamin Button, donde el hombre era viejuno y luego terminaba siendo un retoño pero el resto del mundo iba pa'lante. No, no. Aquí TODO va al revés en plan ver una peli mientras la estás rebobinando. El hombre se levanta de noche, se mueve hacia atrás y primero la comida se encuentra en sus estómago y después en su plato. Así con todo. Imaginaos lo bonitos que son los partos, lo de plantar un pino en el váter y cualquier otra cosa desagradable que se os pase por vuestras lindas cabecitas. CUALQUIERA.

Al principio andaba un poco perdida y estaba en plan ¿WTF? ¿Qué es esto? Esto no tiene sentido alguno. ¿O sí? Ah, claro, que la historia va al revés... Jo, que lío. Vuelta a leer el párrafo de nuevo. Y así, over and over again.

Luego, finalmente, me situé y ¡hala! ¡Cuanta originalidad junta! Un libro escrito al revés. No sé cómo no se le había ocurrido a nadie antes... Podría estar bien. La idea es buena. Veamos como se desarrollan los acontecimientos.

Un capítulo después: ¿Qué porqué no se le ocurrió a nadie antes? PUES PORQUE ES IMPOSIBLE LEER ESTO Y METERSE EN LA HISTORIA. Ahora entiendo porque la gente escribe los libros del derecho. No es una moda. Se le llama ser prácticos y mostrar piedad con el lector. 
Y aún por encima, es que NO PASA ABSOLUTAMENTE NADA. Lees el primer capítulo, y oye, por curiosidad y tal, por leer algo diferente, pues está bien, pero ya todo un libro que no son más que 150 páginas pero que parece un Ken Follet de largo... pues no. Es difícil de seguir la historia, de los personajes no sabemos nada porque nadie se molesta en decirnos demasiado y, salvo alguna frase chula que anda un poco perdida por ahí, no salvo nada de la quema. Y por si esto fuera poco, resulta que Amis se pasa como ciento y algo páginas preparándonos para el penúltimo capítulo, el que supuestamente es la caña, cosa que yo no dudo, pero es que estaba tan hasta el culo en el segundo que es en plan tío, acaba ya que esto me está resultando un coñazo.

Esta fui yo durante todo el libro. En versión un poco menos choni.

No había forma humana de disfrutar de esto. Y el final parecía no llegar. Y yo creí morir varias veces pero no tuve tanta suerte. Y como era para mi club de lectura tenía que leerlo ENTERITO. Mátame camión.

... Y de repente, cuando ya había perdido toda mi fe en la humanidad, el milagro ocurrió y vi la luz al final del tunel. El director del club nos preguntó si queríamos dejarlo.

OHDIOSMIO. ¡Albricias! ¡Hoy es mi día de suerte! Debería jugar a la lotería. Y a la ruleta. E irme a Las Vegas a apostar todos mis ahorros. Mis plegarias han sido contestadas... O no. Resulta que las jubiladas del club se opusieron diciendo que ya que habíamos llegado tan lejos ahora lo terminábamos.

¡Nooooooooooooooooo! ¿Pero quién les ha preguntado? ¡Qué se callen! No saben lo que dicen. ¿Por quéeeee? ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Sí, por favor.

Y, tras mucha sangre, sudor y lágrimas, llegué a la última de las páginas. Cuanto menos, me sentí renacer. Por fin era libre cuan pajarillo de semejante tedio. No creí que ese día llegara nunca.

¿Y que qué opino del libro? No voy a ser yo quien ponga en duda su calidad literaria pero...

He dicho.
Huid vosotros que aún estáis a tiempo. ¡Huid, insensatos! ¡Huid!
¿Lo habéis leído?

Volver a la Portada de Logo Paperblog