Revista Indie / Folk

Impepinables: Los Planetas – Una Semana en el Motor de un Autobús

Por Homeboy


Impepinables: Los Planetas – Una Semana en el Motor de un Autobús

No es casualidad que hace un par de meses se haya editado un libro contando la historia de cómo se gesto este álbum, y que yo lo ponga por aquí. Y es que me estoy leyendo la fabulosa historia que nos cuenta Nando Cruz en Una Semana en el Motor de un Autobús: La historia del disco que casi acaba con Los Planetas. En él cuenta con pelos y señales lo que ya nos imaginábamos todos; las historias de drogas, el rollo indie vs. multinacional, o el esfuerzo que hizo el grupo para sacar adelante un disco que acabaría convirtiéndose en un clásico de la música de este país.

Sinceramente, creo que debe de quedar muy poca gente que no conozca Los Planetas, y que no tenga una opinión formada de ellos. El grupo que formaron J y Florent allá por 1992, produce tantos rechazos, como pasiones levanta, pero lo que nadie puede negar es que siguen en la primera fila de los grupos españoles de este país. En estos últimos veinte años se han consolidado como una de las grandes bandas españolas, y no solo en el circuito independiente, ya que hace algún tiempo que cruzaron esa frontera para convertirse en una banda que llena estadios, y en un valor seguro para cualquier gran festival – Estoy seguro de que en 1994 nadie se imaginaba algo tan grande, casi dos décadas después -

Impepinables: Los Planetas – Una Semana en el Motor de un Autobús

Curiosamente, gran parte de su fama la tiene el disco que casi acaba con su carrera. Cuando Los Planetas empezaron a planificar este álbum, el grupo era un autentico caos en el que el continuo baile de miembros, y las adicciones de Florent, eran los dos grandes problemas. Además, para hacer su tercer trabajo, tenían que ir al estudio de Kurt Ralske a New York, y la discográfica no lo tenía demasiado claro dada la delicada situación del grupo. El líder de Ultra Vived Scene ya se encargó de la producción de Pop, pero al grabarlo en un estudio de Madrid, y no en el suyo, la cosa no cuajó (la verdad es que ese disco está muy mal producido), así que solo trabajaría con ellos si conseguían la pasta de RCA para ir a la ciudad de los rascacielos. Al final la consiguieron, no sin pelear bastante, y Los Planetas se marcharon a la capital del mundo a grabar el disco que les llevaría a la gloria.

Siempre se ha comentado que Una Semana en el Motor de un Autobús, era un disco conceptual, y en realidad es una colección de canciones sacadas de la mente de un J al que le tocó ser el gran salvador del grupo: hay canciones dedicadas a la situación de Florent en aquel momento (Desaparecer o Linea 1); canciones de cabreo contra el mundo, y con su discográfica (Ciencia-Ficción) o canciones por las que planea una inminente madurez (La Copa de Europa). Musicalmente, la banda nunca ha tenido una formación mejor: la batería de Erik dio una consistencia y fuerza a las canciones que antes no tenían, y Kieran era capaz de sacar una línea de bajo perfecta de la nada, eso más la unión de Banin a los teclados y a la guitarra, dio unas posibilidades al grupo que antes no tenían, y que supieron aprovechar al máximo.

Es prácticamente imposible resistirse a este disco una vez que le has dado al play y ha empezado a sonar Segundo Premio, ese ritmo de batería y la típica letra de venganza amorosa de J (Y si esto te hace daño, si te puedo hacer sufrir, ha servido para algo, al menos para mí ) te enganchan desde el principio – Resulta bastante extraño que saliese como primer single y que se dejasen para el segundo Cumpleaños Total (una de las canciones más prescindibles del álbum, pero de mayor pegada) ya que es una canción sin estribillo y de más de cinco minutos de duración –  A partir de aquí, solo hay que dejarse llevar, y disfrutar de una colección de canciones que no han perdido nada de fuerza. Y es que el disco sorprendió mucho en su día por su madurez, y por la perfección que habían conseguido Los Planetas (hasta la fecha eran un grupo indie que no sabía tocar) en canciones como Toxicosmos, Un Mundo de Gente Incompleta, y sobre todo La Copa de Europa (esas trompetas me siguen poniendo los pelos de punta). Vamos, que muchos se tuvieron que comer sus palabras ante esta autentica obra maestra.  

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