Revista Tecnología

GPS en las cámaras fotográficas

Publicado el 27 febrero 2012 por Jmbigas @jmbigas
Hace años, el único recurso que teníamos para viajar en automóvil por lugares que nos resultaban desconocidos sin perdernos (demasiado), era disponer de un stock de mapas a bordo y, a ser posible, de un copiloto con buenas habilidades cartográficas. O, por supuesto, preguntar a algún nativo, siempre que tuviéramos claro a dónde queríamos ir, y se avistara algún nativo ilustrado.

GPS en las cámaras fotográficas

Imagen en Google Earth a partir de cuatro fotografías geoposicionadas
en la cámara, y un fichero de Registro GPS que ilustra la ruta.

La popularización de los dispositivos GPS para llevar en el coche han facilitado extremadamente esta labor. Conviene, sin embargo, tomar algunas precauciones. Un GPS no toma decisiones sobre nuestro viaje, sino que nos lleva de la mano al lugar que le hayamos definido como nuestro destino, siguiendo, eventualmente, una cierta ruta que le hayamos especificado. Conviene no librarse de los mapas, que nos servirán para definir con claridad los lugares que queremos visitar, evaluar la extensión de un desvío, etc. etc. Pero el GPS nos da la posibilidad, en cualquier viaje, de visitar el centro de una gran ciudad, sin el temor de perder horas callejeando en vano, o intentando salir hacia la carretera correcta. Hace años, en York, viajando con mi padre en un coche de alquiler, queríamos salir de la ciudad para volver hacia Londres, donde teníamos el hotel. Una serie de decisiones rápidas y desafortunadas acabaron con nosotros en un camino vecinal que conducía a unas granjas de vacas. Un lugar que no teníamos especial interés en visitar.

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Imagen de la cámara compacta Canon Powershot SX230HS,
con funcionalidad GPS.

Creo que quien ha utilizado alguna vez un GPS para algún viaje, ya no le parece razonable prescindir de él. A veces se le acusa de volvernos más zotes, y seguirle ciegamente, dejar de pensar. No estoy de acuerdo, si se utiliza de la forma adecuada. Utilizando GPS, a la fase de planificación de un viaje se le debe dedicar mucho más tiempo que antes, y conviene salir de casa con una cierta planificación, en forma de rutas para cada día del viaje. O, alternativamente, habrá que dedicarle cada noche en el hotel o alojamiento que tengamos, un tiempo a la planificación del día siguiente. Otro de los temas que la tecnología ha revolucionado en el mundo de los viajes es la fotografía digital. Existen cámaras compactas que se pueden llevar casi en el bolsillo, o colgando del cinturón sin ningún engorro, que permiten conseguir fotografías de una calidad muy buena y en la cantidad que queramos, sin coste adicional. Los únicos elementos limitativos que tienen este tipo de cámaras son la carga de la batería y la capacidad de la tarjeta de memoria en que se van guardando las fotos.

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Inscripción de GPS en la parte superior de la cámara
Canon Powershot SX230HS

La batería evidentemente, es el elemento más frágil del conjunto. Cuando se agota, hay que poner otra que esté cargada, o nos quedamos con la cámara inservible. Lo habitual es llevar, al menos, una batería de repuesto, y recargarlas todas por la noche, mientras dormimos, para tenerlas frescas a la mañana siguiente. Cualquier batería de cámara compacta de estos días permite realizar quizá hasta 200 fotografías, o más. Pero si utilizamos con mucha frecuencia el flash, o un uso extensivo de la pantalla de visualización, reducen de forma importante esta cantidad. La tarjeta de memoria no es ya un problema. Con tarjetas SDHC de 8GB (capacidad para más de 2.000 fotografías de muy buena resolución) a un precio del entorno de los 15€, no supone mayor problema disponer de una o varias tarjetas de repuesto, o incluso comprar una nueva donde sea, si la necesitamos. Además, como frecuentemente se viaja con un ordenador portátil o notebook, también se pueden volcar todas las fotografías cada noche al ordenador.
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GPS en las cámaras fotográficas

Menús simples en la cámara para la gestión de la
funcionalidad GPS.

Todas estas facilidades suponen que en un día de viaje a cualquier parte, en lugar de haber disparado de 30 a 50 fotos (una cantidad más que razonable en la época de los carretes y el revelado), hayamos soltado el dedo 300-400 veces. De una semana de viaje podemos volver fácilmente con mil o dos mil fotografías, o incluso bastante más. Por no hablar de los clips de vídeo. Ya le dediqué un artículo a lo que podríamos denominar gestión de este arsenal de instantáneas digitales.

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Así podemos ver una foto geoposicionada en la pantallita
de la propia cámara.

A su vez el desarrollo exponencial del uso de Internet y de las Redes Sociales en todas sus variantes, ha provocado que los usuarios compartan a puñados sus fotografías en la Red. Existen billions (millardos) de fotografías colgadas en la Red, muchas accesibles públicamente, otras sólo accesibles por invitación del autor. Y ello en webs generalistas de compartición de fotografías, o en webs más especializadas en viajes, por ejemplo. Para que una fotografía de viaje (dejemos al margen las de celebraciones familiares o borracheras varias) resulte útil para una persona que no ha participado del viaje, deben reunirse varias condiciones. De una parte, su calidad y belleza, por supuesto, y el interés del tema retratado. Una pequeña ermita blanca en un inmenso prado verde puede resultar una imagen estimulante, al margen de cualquier otra consideración. Pero, en general, se requiere que el mirador de fotos sepa qué es lo que se ha fotografiado, que el autor haya añadido un comentario diciendo qué ermita es la fotografiada, y dónde está ubicada. Finalmente, con la calidad y facilidad de uso de los inmensos recursos cartográficos disponibles (léase, sin ir más lejos, Google Maps o Google Earth), el último elemento que aporta una información muy valiosa al mirador es la ubicación geográfica precisa de esa ermita y ese prado.

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Captura de pantalla del software Canon ZoomBrowser EX
v. 6.7.2.33, suministrado con la cámara para la gestión de las
fotografías y vídeos.

En los ficheros donde se guardan las fotografías (especialmente en el formato .JPG), aparte de la imagen se guardan muchos otros datos, que es posible explotarlos posteriormente, como ya comenté en otro artículo. Uno de estos datos hace referencia a las coordenadas geográficas (latitud y longitud) del lugar donde se tomó la fotografía, así como su altitud sobre el nivel del mar. La mayoría de servicios dedicados a la compartición de fotografías en la Red (tómese Picasa como ejemplo) tienen en cuenta los datos Exif que están en el fichero, y permiten completar algunos de los que no se hayan inicializado ya en la cámara. En particular, es posible añadir a la fotografía un comentario o descripción y también geoposicionarla, es decir, asociar la fotografía a un lugar concreto del mundo, presumiblemente donde se tomó exactamente la fotografía. Este proceso es manual y relativamente laborioso, por lo que muchísimos usuarios lo esquivan. Esto provoca que una cantidad muy considerable de fotografías compartidas en la red carecen de ningún tipo de descripción y no están geoposicionadas. Su utilidad para el mirador anónimo es menos que escasa.  Las cámaras reflex altas de gama, profesionales o semiprofesionales, disponen habitualmente de sistemas de conectividad que permiten asociar dispositivos externos con la cámara. Uno de estos dispositivos puede ser un receptor GPS, que aporte la capacidad de geoposicionar la fotografía en el momento de tomarla. Es decir, que grabe en el fichero las coordenadas geográficas del lugar desde donde se tomó la fotografía. Ahora ya empiezan a estar disponibles en el mercado algunas cámaras digitales compactas que incluyen un receptor GPS integrado y que aportan, pues, la revolucionaria posibilidad de que las fotografías se guarden, ya en la tarjeta de memoria, incluyendo sus coordenadas geográficas. Algunas marcas que ya disponen de esta función son, por ejemplo, Canon (Powershot S100, SX230HS o la muy recientemente anunciada SX260HS), Nikon (Coolpix S9300) ó Panasonic (Lumix DMC-TZ30).

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Captura de pantalla del software Canon Map Utility v. 1.0.0.19,
suministrado con la cámara, para visualizar sobre un mapa las
fotografías geoposicionadas.

Yo soy un puro aficionado a la fotografía, especialmente durante cualquier tipo de viaje, y usuario de cámara digital compacta desde su primera generación. Tuve una Canon Ixus 55 (que desapareció con la sustracción de una cartera de mano en un ferrocarril suburbano de París), a la que sustituí por una Canon Ixus 950is. Antes había tenido una pequeña Sony Cibershot (comprada en la Navidad de 2001), de la que no quedé muy satisfecho, pues la mayoría de fotografías requerían un retoque de brillo y contraste antes de resultar utilizables. Ahora he comprado una Canon Powershot SX230HS, por la que he pagado la misma cantidad de euros (en torno a los doscientos) que por cada una de las dos anteriores Canon IXUS. Alguna ventaja tiene la evolución tecnológica para el cliente de a pie. Es una pequeña maravilla, de 12,1 megapíxels y 14x de zoom óptico. Con capacidad para grabar vídeos en full HD y velocidad suficiente para poder realizar ráfagas de fotografías (en situaciones deportivas, por ejemplo) o incluso breves vídeos a cámara lenta. Podéis ver todas sus características en la web de Canon. Y esta cámara incluye un sensor GPS integrado. A través de los menús se puede activar la función GPS. Esto significa que cada vez que la cámara se pone en marcha, se posiciona con los satélites GPS y puede guardar, junto a cada fotografía o vídeo, las coordenadas geográficas, así como la altitud, del lugar donde se ha tomado. Cualquiera familiarizado con el GPS sabrá que al poner en marcha el dispositivo, tarda algo de tiempo en posicionarse correctamente. Así es también en la cámara. Hay un icono en la pantalla que indica, cuando el GPS está activado, si la cámara está posicionada (y grabará, por tanto, esa información en las tomas que hagamos) o no. Evidentemente, en lugares cubiertos, o entre montañas o en zonas muy arboladas, la recepción puede ser algo más complicada, o incluso imposible. Con el GPS activado, es posible también activar el Registro GPS. Esta función mantiene activo el posicionamiento GPS (incluso con la cámara apagada) y guarda un fichero de tipo log, que permite reconstruir, por ejemplo, la ruta que hemos seguido mientras el registro ha estado activado. Evidentemente, esta función tiene el peligro de que la batería se va consumiendo incluso con la cámara apagada. La documentación advierte de que una batería se puede fundir en medio día de registro GPS, aunque no se tome ninguna fotografía. Todavía no tengo experiencia para confirmaros este dato.

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Así vemos una ruta en Map Utility a partir de un Fichero de Registro GPS.
Yo, lógicamente, seguí la carretera con el coche, pero los intervalos de
grabación generan una ruta quebrada.

Tener en las propias fotografías la información concreta, detallada y fiable de su geoposición es una ventaja muy importante a la hora de la gestión del arsenal de fotografías posteriores a cualquier viaje. Tomando alguna precaución, puede ser un instrumento extremadamente útil. Cada vez que cambiemos de escenario, convendrá (al tomar la primera foto), no hacerlo inmediatamente y asegurarnos de que la cámara ya tiene comunicación con los satélites GPOS, para que incluya en las fotos siguientes esa información. Antes de realizar fotografías en el interior de una catedral o ermita (donde no tendremos cobertura GPS), será conveniente realizar una o varias en el exterior, para que la serie quede convenientemente geoposicionada. Una vez en casa, usando el software que se suministra con la cámara, o directamente los recursos habituales para la compartición de fotografías, será muy sencillo geoposicionar todas las fotos del interior del edificio en el mismo lugar que las que hayamos tomado desde el exterior. Desgraciadamente, todavía hay bastantes webs de las que permiten subir fotografías que no son conscientes de la riqueza de información que puede venir en los datos Exif asociados al fichero, y en algunos casos nos puede tocar repetir la operación manualmente para geoposicionarlas de nuevo. Y no olvidemos que esta riqueza de información tiene un primer destinatario natural, que somos nosotros mismos. Unos años después de realizar un viaje podremos deleitarnos no sólo con la belleza de los lugares que hayamos fotografiado, sino que podremos recrear la ruta y la ubicación concreta de cada cosa.  Por su elevado consumo de batería (incluso con la cámara apagada) la opción de Registro GPS habrá que administrarla sabiamente. Puede tener muchísimo sentido para un paseo andando por cualquier ciudad, o por una ruta de trekking montañero. Pero tenerlo activado mientras nos desplazamos por carretera o ferrocarril puede ser prescindible, salvo un interés específico muy concreto, y siempre llevando una o varias baterías de repuesto cargaditas en la bolsa. En fin, hace tiempo que soñaba con poder disponer de un receptor GPS integrado en la cámara fotográfica. Ahora ya es posible, y por un coste de adquisición más que razonable. Con la Canon Powershot SX230HS se suministran algunas aplicaciones de software muy útiles (ZoomBrowser EX,...) y en particular el Map Utility, ligado a las funcionalidades GPS de la cámara. Directamente permite posicionar las fotografías en un mapa (de Google Maps, por cierto), siempre que tengamos conexión a Internet. También puede visualizar la ruta seguida, si hemos activado el Registro GPS. Asimismo permite crear ficheros explotables desde Google Earth, los famosos KML ó KMZ. Ficheros que, en su caso, podemos enviar a cualquiera para que visualice en su Google Earth nuestra ruta y las fotografías que hayamos hecho. Aunque en la versión 1.0 del software he detectado un error al trasponer una ruta para poderse utilizar desde Google Earth, que tengo reportado al Soporte de Canon para su resolución. Os ofrezco algunas imágenes de pantalla del software que acompaña a la cámara, utilizando un breve recorrido con el Registro de GPS activado, entre la estación ITV de Alcobendas (Avda. Fuencarral, 100) y la tienda de Saturn en el Centro Comercial Alegra de San Sebastián de los Reyes. Asimismo os incluyo alguna fotografía de la propia cámara y de parte de los menús de la cámara relativos a la gestión de las funciones GPS. En resumen, un avance tecnológico extremadamente útil, si se sabe utilizar bien. JMBA

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