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Entrevista a: Sonia Pérez, coordinadora del libro “Trabajo, trabajadores y participación popular"”

Publicado el 03 octubre 2012 por Anthropos-Editorial @AnthroposEd

Entrevista a: Sonia Pérez, coordinadora del libro “Trabajo, trabajadores y participación popular1   1. ¿Qué plantea el libro sobre el trabajo, los trabajadores y la participación popular? ¿Cuál es el enfoque que ustedes ofrecen en el estudio de esos temas?El libro reúne doce ensayos originales que se ocupan por una parte del trabajo y los trabajadores y, por la otra, de la participación popular, la de los trabajadores, en la vida política decimonónica. En general, se trata de estudios que abordan problemas relativos al mundo del trabajo urbano –como la distribución e importancia de los oficios artesanales en el periodo– en Santiago de Chile, Lima, Cartagena, Ciudad de Guatemala y la Ciudad de México, pero en el libro que destacan los esfuerzos de los autores por articular las perspectivas de la historia económica y cultural con la historia social. Por esta razón, los análisis muestran la heterogeneidad y enorme complejidad del mundo social de los trabajadores, lo que sólo se puede justipreciar con un enfoque gran angular que mire tipo de trabajo realizado, el lugar en el que se realiza así como quiénes lo realizan: sus diferencias sociales, étnicas, de estilo de vida y, por supuesto, salariales. Aspecto este último poco atendido en la historiografía y que se presenta como una asignatura pendiente en la historia Hispanoamericana.
   2. ¿Qué claves presentan para poder entender adecuadamente esta historia del trabajo en el “largo siglo XIX” en esos países estudiados?El contexto en el cual se insertan los capítulos del libro corresponde al largo periodo de emergencia de la llamada sociedad “moderna”; es decir, al siglo XIX que comprende el largo periodo en el que avanzaron tanto en América como Europa, aunque con ritmos diferentes, los procesos de industrialización y construcción de los Estados modernos. Por supuesto, las características sociales de los trabajadores así como las distintas formas que asumió el trabajo en las zonas estudiadas parte del análisis el periodo previo a la independencia de las antiguas posesiones de la Corona española, los últimos años del siglo XVIII. Sin duda, las independencias constituyeron un quiebre importante, muchas cosas cambiaron, otras se mantuvieron o adoptaron modalidades regionales y hasta locales, pero en general se trató de un periodo en el que privaron la inestabilidad política y las crisis económica por escasez de capitales, lo que contribuyó a que la mayor parte de los trabajadores afrontara desempleo, pobreza y hasta marginalidad. Fenómenos que no en pocas ocasiones llevaron a los trabajadores a movilizarse, por ejemplo, ante la disminución de su capacidad adquisitiva o contra los extranjeros a quienes responsabilizaron de privarlos del empleo a que tenían derecho.

  3. Estudiar a los trabajadores y no solo el trabajo, ¿qué aporta esa perspectiva para el estudio de la historia del trabajo? Si bien desde hace ya varias décadas en el medio académico se ha perdido el interés en la historia del trabajo y la de los trabajadores, como se muestra en el libro, ello no implica en modo alguno que carezca de importancia estudiar a los hombres y mujeres que integraron el complejo mundo social del trabajo así como las diversas modalidades que adquirió este último en tiempos y lugares distintos. Por consiguiente, es pertinente abordar ambas problemáticas porque no sólo son complementarias sino que están íntimamente articuladas; en este sentido, se propone junto con John Womack Jr. que el trabajo es “una experiencia distintiva que sólo los trabajadores experimentan”, por lo que el estudio del trabajo –que es la actividad a la que se ha dedicado y dedica la mayor parte de la humanidad– supone necesariamente estudiar a los trabajadores y, con frecuencia, tendremos que detenernos en sus particularidades. Se trata de enfoques y aspectos complementarios que permiten avanzar en la elaboración de explicaciones que, sin duda, ponen a prueba visiones generales, como por ejemplo, las que hacen énfasis en la prevalencia del trabajo compulsivo en sus diversas modalidades y que no en pocas veces sólo se atribuye de forma mecánica a la dominación española.
  4. ¿Qué conclusiones pueden extraerse de este libro para una interpretación y una historiografía del trabajo, especialmente en esos países señalados y en Latinoamérica?A partir de la manera en la que cada autor se aproxima al estudio del trabajo, los trabajadores o la participación popular así como del análisis que cada uno elabora, se pueden formular varias conclusiones. En primer término que existe la necesidad de impulsar los estudios sobre el mundo del trabajo y los trabajadores, abarcando temas largamente descuidados, como el relativo a los jornales o salarios, o bien el estudio de los procesos técnicos y para los cuales se requiere no sólo imaginación sino también mucho más trabajo en los acervos históricos. En segundo, que existe la necesidad de combinar metodología y perspectivas de análisis: la visión general y de largo aliento que caracterizó a la llamada historia social “clásica”, para contrastarla con el análisis de lo singular que resulta del análisis en un contexto particular, lo que a su vez puede contribuir a la elaboración de nuevas síntesis. Y en tercero, aunque probablemente el lector sacará sus propias conclusiones, que el estudio de la participación y formas de expresión colectiva de los trabajadores en la vida política o los conflictos del largo siglo XIX ameritan mayor análisis. Ambas problemáticas, trabajo y participación popular relacionada con el empleo o la falta de éste son temas sin duda de interés histórico y de actualidad.

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