Así es la vida. Se trata del Metro y no de un ascensor. Y es que el Consorcio, donde Espe y Alberto son los mandamases, ha decidido hacer piruetas. Sí señores, piruetas circenses propias de estos dos gobernantes que nos han tocado por la gracia democrática.
Y me explicaré, sube el precio del billete sencillo de metro y autobús, sólo, el 50%, pasando de uno a un euro y medio. Así de golpe, sin anestesia. Pero no pasa nada, a pagar y a callar.
Por otro lado, como Madrid se va a llenar de gente de bien, hay que darles todo, porque la caridad empieza por ellos mismos y es algo que no puede fallar. Así es que a la ciudadanía de primera, o sea la que venga a Madrid a ver al Papa, durante esos días tendrá un descuento en los abonos que compre para viajar en transporte público –el mismo transporte que se ha subido el 50%. el billete único—, de más del 80%, y todo por la gracia de dios.
La C.A.M, por medio de su consejera de Presidencia, con un cinismo que espanta, declara que gracias a esta medida en favor de los peregrinos, durante estos días se recaudarán cinco millones de euros. Lo que no dice es que, con los precios normales, se deberían recaudar veinte. Una consejera muy, pero que muy, inteligente.
Mientras tanto, los trabajadores del Metro ven cómo se incumple la subida acordada para este año y cómo se han roto la negociación colectiva, sin pudor y con recochineo –en el metro sólo hay dinero para los peregrinos--, por lo que han convocado una huelga para la semana que viene, coincidiendo con la visita papal. Pero yo les diré cómo terminará esto. Espe Aguirre nombrará unos servicios mínimos tan amplios que no se notará la huelga. Los sindicatos lo denunciarán, y la justicia les dirá que sí, que efectivamente eran exagerados, pero será tarde puesto que el fallo se producirá meses después de la huelga. Y no es que sea adivino, no, es que ya ha ocurrido en las dos ocasiones anteriores.
Total, los sindicatos llevaban razón pero se quedan con dos palmos de narices, mientras que la C.A.M. gana la batalla de nuevo, sin que esa sentencia le suponga ninguna penalidad, ni tan siquiera cree precedentes judiciales.
En resumen, sube el metro para los ciudadanos, baja para los peregrinos y habrá una huelga que tendrá una incidencia mínima y todo esto con bendiciones divinas. Y es que los caminos de dios son inescrutables. Y a los ateos, agnósticos y demás gente de mal vivir, nos toca pagar por pecadores.
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